Los beneficios sociales que aporta la práctica de Karate-do
Queremos agradecer a Silvia Bas por brindarnos su testimonio, es muy importante para nosotros conocer la visión de la familia sobre nuestra actividad. Además, adjuntamos un artículo muy interesante sobre «los beneficios sociales que aporta la práctica de karate-do». La tradición continúa…
Disfruten de la lectura y del vídeo!
Los beneficios sociales que aporta la práctica de Karate-do
En lo que se refiere a los valores colectivos, el karate-do fomenta la integración en el grupo, el compañerismo y el respeto mutuo; en tanto que en los valores individuales se destacan: la superación personal, el esfuerzo, la humildad, aportando al alumno un equilibrado desarrollo intelectual que refuerza la confianza en sí mismo.
Fortalece las relaciones con los compañeros, a la vez que se entrenan las técnicas de combate, se tiene el máximo cuidado y respeto de no hacer ningún daño en la práctica diaria. El entrenamiento se comienza con saludo y termina con saludo, mostrando el máximo respeto hacia todos los practicantes, independientemente del grado.
Las relaciones sociales se amplían con practicantes de otros dojos, a través de las actividades nacionales o internacionales, y estas relaciones perduran en el tiempo.
Respeto por las normas, dentro del dojo, llegando a tiempo para comenzar la práctica en hora, cuidando la higiene personal y del dojo. Fuera de este, se conduce con respeto y cordialidad, donde prevalece el sentimiento de justicia y honorabilidad hacia todos los integrantes de la sociedad.
En lo que se refiere a los beneficios del Karate-do en el ámbito socio-afectivo (psíquico): con el Karate-do, el joven aprende lo que es la paciencia, la disciplina, la voluntad, el mérito, la excelencia, el respeto por los mayores, la jerarquía, el control de sí mismo y el conocimiento de sus propios límites.
Se trabajan y se aprenden valores reales de cortesía, humildad y respeto. Cualquier practicante de Karate-do termina siendo respetuoso con todo el mundo; y por supuesto participa de las normas básicas de comportamiento, como dar las gracias, pedir disculpas, etc.
El Karate-do no distingue género, siendo su práctica una actividad de integración donde mujeres y hombres de todas las edades, participan de igual manera tanto en el entrenamiento diario como en las actividades internacionales.
Genera el máximo respeto sobre el rival: La imagen que ofrece el cine de este Arte Marcial, olvida una de sus premisas: el profundo respeto por el contrincante que todo Budoka debe sentir. No es un deporte, no es una actividad agresiva, sino todo lo contrario.
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