Kata: ¿Por Qué Molestarse?

Otro artículo para comprender y estudiar.

Como verán, aquí la opinión es sobre la importancia del estudio del kata en su conjunto. Kata, bunkai y kumite son uno solo, no se deberían de separar o entrenar solamente independientes del otro.

Hay muchos puntos de vista distintos sobre el valor del kata. Algunos consideran el kata el “alma” de las artes marciales. Otros, lo consideran una completa pérdida de tiempo. En mi opinión, ambos puntos de vista tienen mérito dependiendo de qué se entienda por “kata” y cómo se enfoque.

Una cosa en la que creo que todos los artistas marciales pueden estar de acuerdo es que el estudio de kata definitivamente no es un prerrequisito para la eficacia en combate. Hay muchas artes marciales altamente efectivas que no incluyen kata en sus currículums. Una mirada a la efectividad de los hábiles practicantes de muchos sistemas “sin kata” también muestra que indudablemente puedes producir artistas marciales efectivos sin recurrir al kata. Si el entrenamiento de kata no es indispensable para desarrollar habilidad de lucha, ¿por qué los “sistemas tradicionales” como el Karate se molestan en practicarlo?

Para explorar completamente la anterior cuestión necesitamos entender por qué fueron creados los katas en un primer momento. Alguien en algún sitio debió pensar que los katas servían un propósito útil, de otro modo los katas nunca se habrían creado. A modo de ejemplo, discutamos la creación del kata de Karate “Chinto” (renombrado a Gankaku en Shotokan).

El kata Chinto recibe su nombre de un artista marcial y marinero chino del mismo nombre. Durante los 1800s, Chinto naufragó en Okinawa y se estableció en una cueva. Encontrándose atrapado, Chinto empezó a robar por la noche comida y ganado a los vecinos para alimentarse. Este molesto comportamiento fue reportado al rey okinawense quien envió a Sokon Matsumura – un legendario maestro de Karate que fue empleado por el rey como jefe de guardaespaldas – para encargarse de la situación.

Matsumura era un luchador muy hábil que normalmente derrotaba a sus oponentes con facilidad. Sin embargo, cuando se enfrentó a Matsumura, Chinto se defendió y Matsumura se encontró igualado. Siempre con ganas de seguir mejorando sus formidables habilidades, Matsumura hizo un trato con Chinto; se ocuparía de él a cambio de instrucción en el método de lucha de Chinto. Al regresar Chinto a China, Matsumura formuló un kata – al que llamó como el creador de los métodos que contenía – para asegurar que los métodos de Chinto eran registrados y transmitidos a las generaciones futuras. Muchos otros katas fueron también desarrollados por los alumnos de un individuo para registrar lo que les había sido enseñado (es decir, los katas Kushanku y Wanshu también reciben sus nombres de artistas marciales chinos que visitaron Okinawa).

Lo que finalmente ha llegado a ser conocido como Karate es de hecho una combinación de muchos sistemas diferentes de lucha (el entrenamiento cruzado no es nada nuevo). Los maestros de antaño utilizaban los katas como un medio de registrar las lecciones que habían aprendido de los diferentes individuos y sistemas de lucha, y para después transmitir aquellas lecciones a otros.

También podemos aprender más sobre la naturaleza del kata examinando las enseñanzas y escritos de Choki Motobu (uno de los luchadores más temidos de Okinawa). Motobu ayudó a difundir el Karate en las islas principales de Japón a través de su ampliamente reportada victoria sobre un campeón de boxeo ruso en un torneo de “Judokas contra Boxeadores” (se dice que Motobu participó en el torneo porque necesitaba el dinero del premio para poder pagar su alquiler).

El Karate no era ampliamente conocido en la época en la que Motobu entró en el torneo como judoka porque pensó que las reglas impuestas sobre los judokas eran las menos restrictivas, es decir, a los judokas no se les permitía golpear con el puño cerrado, lo cual estaba bien ya que Motobu no tenía inconveniente en utilizar técnicas de mano abierta, etc. Las noticias del combate se difundieron rápidamente por Japón y la gente quería saber más sobre el sistema que había permitido al maduro Motobu derrotar fácilmente a su oponente. Como resultado de este interés y publicidad, Motobu se convirtió en profesor profesional.

Cuando la gente fue a entrenar con Motobu, acudieron a él para aprender a pelear. Motobu consideraba el estudio de kata (especialmente Naihanchi) una parte vital de ese proceso. Al hablar de kata, Motobu escribió una vez: “Los estilos Naihanchi, Passai, Chinto y Rohai ya no perduran hoy en China y sólo permanecen en Okinawa como artes marciales activas.” (“Okinawan Kempo” traducido por Ken Tallack). Siempre me ha parecido interesante que Motobu haga referencia a los katas listados como “estilos” y “artes marciales”. Parece que Motobu también consideraba que cada kata era un registro de un sistema de lucha.

De los ejemplos de Chinto, Matsumura y Motobu, podemos ver que los katas fueron desarrollados para asegurar que los métodos más efectivos de un individuo o estilo en particular no se perdían. Por consiguiente el kata puede definirse como “una forma de registrar y resumir las técnicas y principios combativos clave de un estilo de lucha”.

Matsumura y Motobu fueron luchadores muy hábiles. Matsumura era el guardaespaldas jefe del rey okinawense; un prominente trabajo de alto estatus que únicamente sería otorgado al más hábil luchador. Motobu era también conocido por haber “probado” sus habilidades de lucha cientos de veces sin haber sido derrotado durante peleas callejeras. Tanto Matsumura como Motobu eran ambos luchadores pragmáticos y habrían tenido poco interés en el kata de no haber creído que servía un propósito práctico.

Como método para registrar técnicas, instrucción y principios, el kata ciertamente funciona. Cientos de años después de que Chinto terminara de enseñar a Matsumura su método de lucha, nosotros los karatekas modernos tenemos un registro de los puntos clave de la enseñanza de Chinto. No obstante, a lo largo del tiempo el kata se ha ido alejando lentamente de ser visto como un registro de métodos de lucha altamente potentes, para en lugar de eso ser considerado generalmente una actividad atlética o estética que tiene poca relación con el combate real. Sin importar cómo se perciba el kata hoy, para karatekas con interés en el sistema original de lucha civil, el kata proporciona un vínculo vivo con aquel sistema (ver mi libro “Bunkai-Jutsu”).

Para practicar Karate como sistema pragmático, el kata necesita ser estudiado activamente, a diferencia de simplemente “practicado”. Gichin Funakoshi (fundador del Karate Shotokan) consideraba “inútil” la práctica de kata sin aprender a aplicarlos en situaciones reales (Karate-do Kyohan). Otros numerosos maestros fueron también muy críticos con karatekas que sólo hacían hincapié en la ejecución estética del kata. En mi opinión, sin estudio en profundidad del bunkai, la práctica de kata pierde todo significado. Deberíamos tener siempre presente que los katas fueron creados para registrar técnicas y principios de lucha.

El kata es un registro de los sistemas de lucha que se combinaron para formar el Karate; el “programa de estudios” original si lo desea. Geoff Thompson escribe en su libro “The Pavement Arena”: “No es que el contenido del programa de estudio del Karate sea carente, sino más bien que no es utilizado por completo. Una mirada más de cerca al kata revelará no sólo las maniobras que todos hemos llegado a conocer y amar, sino también movimientos de forcejeo, proyecciones, golpes de gancho y uppercut, sacar los ojos, agarres, ataques de rodilla, pisotones a los tobillos, golpes a las articulaciones, cabezazos e incluso lucha de suelo. Eche un vistazo en su propio dojo. ¿Cuánta información de este tipo ha sido descubierta, utilizada y enseñada allí? Cuando yo tenía mi propio club de Karate se cubrían todas estas y más técnicas. ¿Por qué? Porque abarcan todas las posibles eventualidades en todos los escenarios; una necesidad si uno va a estar mínimamente preparado para un ataque.”

Creo que es un gran párrafo que resume sucintamente las cuestiones clave en relación al kata y al Karate moderno. Muchos karatekas ignoran las lecciones de kata y por consiguiente involuntariamente practican Karate como un arte “parcial”. Sin una comprensión del kata, el Karate es un sistema terriblemente inadecuado e incompleto. Como dice Geoff, necesitamos utilizar completamente “el plan de estudios” si el Karate va a ser efectivo. Y, como ya hemos discutido, para el Karate – y artes similares – ¡el kata es el programa de estudios!

¡¿Puede imaginar en qué estado se encontraría el Karate sin el kata?! ¡No tendríamos ningún programa sobre el que trabajar! Todo lo que los maestros del pasado habían descubierto, perfeccionado, aprendido, enseñado y utilizado estaría perdido. Todo lo que nos quedaría serían las técnicas modernas del vástago competitivo del Karate. No me malinterpreten, tengo un gran respeto por el atletismo de la vertiente competitiva del Karate moderno. Sin embargo, tenemos que decir que para los karatekas corrientes las técnicas de competición son deplorablemente inadecuadas para su utilización fuera de los estrechos confines del entorno deportivo.

El distanciamiento desde los métodos combativos registrados en los katas hacia el deporte competitivo comenzó tan pronto como el Karate se abrió paso hacia las islas principales de Japón. Mientras que algunos estaban interesados en el arte de lucha del Karate (es decir, los alumnos de Motobu), los japoneses en general tenían ganas de crear “deportes marciales” a partir de las artes marciales (el Kenjutsu dio lugar al Kendo, el Jujutsu al Judo, etc.). Si el Karate iba a prosperar en Japón, también necesitaría adaptarse a las ideas imperantes.

Para ser acogido por la comunidad japonesa de artes marciales de la época, el Karate necesitaría un uniforme de entrenamiento estándar, un sistema de rangos y un método de competición (las bases para todo lo cual se “cogieron prestadas” directamente del Judo). No obstante, a pesar de estas acciones hacia el deporte y la recreación física, el kata todavía fue fuertemente enfatizado por los maestros de la época. Creo que esto fue indudablemente para que el programa combativo original no se perdiera como antigüedad. El kata ciertamente ha tenido éxito a ese respecto, como es evidente por el cada vez mayor número de karatekas que están abandonando el “Karate moderno” para regresar al sistema pragmático y funcional registrado en los katas.

Los katas forman el programa integral del Karate, y por tanto necesitamos “molestarnos” en prestar atención al kata para adoptar ese programa. Definitivamente hay mérito en el kata como método para registrar y conservar técnicas y conceptos combativos. Sin embargo, ¿tiene mérito el kata como método de entrenamiento?

Hay esencialmente dos tipos de kata; el kata individual y el kata que ejecutas con un compañero. En las artes marciales modernas, la mayoría de las personas asocian el término “kata” con kata individual. Los kata de dos hombres son a menudo clasificados como “ejercicios”. Es casi universalmente aceptado que ejercitar técnicas con un compañero (kata de dos hombres) es un método de entrenamiento válido. Es el valor del kata individual lo que tiende a ser cuestionado más vigorosamente. Parece tener mucho más sentido practicar técnicas con un compañero que realizarlas por cuenta propia. Así que, ¿por qué practicar kata individual? Seguramente, ¿el kata de dos hombres es una forma mejor de practicar técnicas y conceptos?

Ejercitar técnicas con un compañero (incluyendo combate) es indudablemente un método de entrenamiento más efectivo que el kata en solitario. No obstante, es una lógica defectuosa extrapolar esa verdad tan obvia para entonces afirmar que el kata individual no tiene ningún valor. Meterse en un ring de boxeo y pelear es más realista que entrenar con el saco (el saco no devuelve los golpes). Si aplica la misma “lógica” que muchos aplican al kata, concluiría que como el combate es más realista que golpear un saco, el trabajo de saco no tiene ningún valor ¡y por tanto los boxeadores nunca deberían utilizar el saco! Desde luego podemos utilizar el saco y hacer combate. Desarrollaremos nuestro poder de golpeo con el saco, y después aprenderemos a aplicar esos golpes en combate. Como muchos aspectos del entrenamiento marcial, el trabajo de saco es más efectivo cuando se enfoca como una parte del todo.

Al igual que el trabajo de saco, el kata individual también necesita ser parte del todo para poder derivar en beneficio combativo real. Necesitamos practicar regularmente técnicas con un compañero tanto de forma complaciente como no-complaciente; pero eso no significa que deberíamos abandonar la práctica individual de kata; La práctica en solitario y la práctica con un compañero ambas juegan un papel.

El kata a menudo se critica por ser una “alternativa” ineficaz al entrenamiento por parejas. De hecho, ¡el kata individual es una alternativa ineficaz al entrenamiento por parejas! Sin embargo, aquellos que lanzan esa crítica malinterpretan el papel del kata. Por otro lado, hay otros que valoran el kata, pero de nuevo malinterpretan su propósito y papel, y por tanto lo consideran una “alternativa” válida al entrenamiento por parejas (¡no lo es!). ¡Ambas posturas son defectuosas porque el kata no es una “alternativa” al entrenamiento por parejas o a cualquier otra cosa!

Un karateka pragmático practicará el kata individual (el programa de estudios del Karate); ejercitarán las técnicas con un compañero; practicarán variando las técnicas de acuerdo a los principios subyacentes para hacerlas funcionar para ellos mismos como individuos; combatirán utilizando esas técnicas; golpearán las almohadillas; trabajarán con el saco; levantarán pesas; se acondicionarán físicamente; practicarán golpes, proyecciones, inmovilizaciones, estrangulaciones y el abanico completo de técnicas registradas en los katas. Resumiendo, entrenarán todas las formas necesarias para asegurar la efectividad en combate. El kata individual debería ser parte de un todo unificado, no algo que haces excluyendo cualquier otra cosa.

Los días que no va a clase y no tiene un compañero de entrenamiento, ¡no se tome el día libre! Puede practicar kata individual, y acondicionarse físicamente a usted mismo en ese momento repasando el programa completo de técnicas combativas, conceptos y movimientos registrados por los fundadores del arte. Y además de sus katas, haga algo de trabajo de saco, algo de “boxeo de sombra”, algunos ejercicios de acondicionamiento, y cualquier otra cantidad de métodos de entrenamiento individual que pueden aumentar la habilidad marcial.

En sus días de entrenamiento cuando hay disponible un compañero, en lugar de practicar el kata individual, indudablemente estaría mejor practicar el bunkai (aplicaciones) del kata. Realice las técnicas, los correspondientes ejercicios por parejas, y después utilice el abanico completo de técnicas del kata en su combate (con algunas excepciones obvias en nombre de la salud y la seguridad). Si es usted instructor, necesita enseñar todos los aspectos del kata. Los alumnos necesitan aprender el kata individual, las correspondientes técnicas por parejas, ejercicios y métodos de combate. Sus alumnos estarán entonces practicando kata de una forma significativa y serán más capaces de transmitir las habilidades que registran los katas cuando ellos mismos sean instructores.

El kata no es una “alternativa” o “sustituto” del entrenamiento por parejas; es el programa que nos dice qué hacer en ese entrenamiento por parejas y un medio de práctica individual suplementaria.

Diferentes artes tienen diferentes formas de registrar y transmitir habilidades e información a generaciones subsiguientes. Katas, hyungs, formas, etc., son simplemente un método para registrar y transmitir información; sin embargo, los katas han demostrado ser un método bastante efectivo durante cientos de años. Para artes que han escogido otras formas de asegurar una continuidad de información, ciertamente no hay necesidad de molestarse con el kata. No obstante, para aquellas artes que históricamente han hecho uso del kata, los practicantes necesitan asegurarse de que asimilan completamente esos katas.

Cuando los practicantes de Karate de hoy eligen no molestarse en practicar kata, a menudo lo hacen en nombre del “realismo”. Lo que fallan en darse cuenta es que abandonando el kata han abandonado de hecho el mismo programa del sistema de lucha original. Sin kata, todo lo que queda del Karate es un “armazón” del arte original y técnicas deportivas actuales.

El kata tiene un gran valor cuando se enfoca correctamente. Es aquello que asegura que el Karate sea un sistema factible. Si enfocamos el kata de la forma que originalmente se nos supone, aseguraremos que el Karate sea un sistema marcial funcional, integral y pragmático.

Fuente: https://wordpress.com/read/feeds/23676651/posts/2001821656

Autor: Iain Abernethy

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